Somos, en el sentido ontológico de la palabra, en un mundo desestructurado e inconsciente, donde unos pocos ascienden por una escalera de la parte de atrás, no es limpia, no es bonita, solo es directa, directa a un montón de vacuos reconocimientos y un escalafón en la burocracia mundial, es la escalera hacia la mediocridad.
Sin creatividad, sin esfuerzo, sin entereza, solo arbitrariedad.
Nos hemos acostumbrado demasiado a que el rector de nuestra sociedad sea la sumisión y la sistematización de órdenes simples, quizás lo que en realidad deseamos es ser ordenadores, pues bien, seamoslo, pero si vamos a ser maquinas lineales, al menos seamos eficientes y no lleguemos al caso en el que la ineficiencia de la irracionalidad se sume a las tendencias inmovilistas de lo inerte.
Derroquemos a una alta esfera de pseudo-intelectuales, de Krugmans y Stiglitzs, de políticos y "tecnócratas" de falsos artistas esclavos de la sociedad de masas e incapaces de expresar la auténtica emoción de vivir, de publicaciones pomposas a favor de ideas abstractas y prostituidas. En resumen, derroquemos la ignorancia y mas importante, derroquemos a los ignorantes que como tal han hecho un monto inamovible con su reiterada cerrazón para aplastarnos desde afuera hacia adentro y evitar que de forma autónoma, individualista y descentralizada ataquemos sus flancos vacios desestructurando su imperio de la estupidez.
Esperemos que mediante el conocimiento y aprendizaje del que podamos hacer gala podamos devolver la coacción tanto tiempo impuesta por lo débiles de mente y desgarrando desde su interior, las paredes de este falso sistema emerger portando la entrañas de tus opresores para luego dejarlos partir libres con un gesto de humildad.
Y aunque no exista tal desigualdad podremos decir todos y cada uno "allí de donde vengo, allí donde doble el yugo, allí donde quiera que estuviese, ahora, soy su rey".
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