Con los labios desollados
Y las manos temblorosas
Los ojos enrojecidos
Los oídos agrietados
No piensa pero vacila
Calla y otorga, pero esboza
Las luces del portón de bruces
Aplastó tan armoniosas
Eran la titileante mentira
De toda una vida de cosas
Que no tiene el viento lamento
Para ahuyentar la zozobra
Y aúlla cuando camina
Es capitán y escolta
Dios, Abaddon y Cupido
Mas todo esto no importa
Es el humano miseria
Hincada hondo en la tierra
Regado de su misma sangre
Y Arraiga hasta en las piedras
El haber conocido
Nada bueno en lo mundano
Lo arrastra a la tiza corta
Del sendero solitario.