viernes, 14 de septiembre de 2012

Teoría de sistemas


Somos como un sistema en el que hemos desechado impurezas hasta alcanzar un alto grado de coordinación y aun concediéndonos mortalidad como ente conjunto hemos de admitir que podemos alcanzar cotas muy altas de capacitación para todos nuestros miembros, podremos hasta el mismo momento en el que pasa lo que está pasando, lo que ya pasó y lo que pasará.

Se introduce un ente parasitario en el sistema, sus aportaciones son valoradas de forma subjetiva muy inferiores a los costes, desgaste y entropía que aporta a nuestro sistema. En tal caso se expulsa, bien privándolo de recursos o bien de forma agresiva intentando dañar de forma mínima las partes de nuestra estructura.

Pero el peligro ahora es nuevo, el sistema está infectado y arraigado por el virus, la única solución parecer ser la amputación metafórica de un ente indispensable del sistema cuya falta provocaría un estado de desorden máximo y probablemente su desaparición.

Por tanto si no se produce una desinfección rápida lo único que nos queda es la escisión, la descentralización y la creación desde cero de un nuevo proyecto, para quizás en algún futuro volver a verlo infectado.

Esta situación es extrapolable a miles de millones de sucesos, tanto trascendentales como cotidianos, así que cada uno puede sacar su propia interpretación y usarla si lo desea como un consejo. Yo por mi parte prefiero observarlo con recelo pues contemplarlo de un modo recursivo me ha hecho dudar demasiado sobre la capacidad de algunos entes de evolucionar, adquiriendo inmunidad a los virus. Por tanto vivimos en un ecosistema holístico cegado por la incompetencia.