jueves, 25 de octubre de 2012

O sois tontos, o lo soy yo, pero tengo cierta certeza de que sois vosotros


Hoy ha sido otro de esos días en los que aun no he sabido bien si echarme a la bebida para olvidarme de lo vivido o acostarme y despertar mañana.

Hoy, el escrito Javier Marías ha rechazado el premio nacional de narrativa, bueno, ante el primer aviso antes de explicar los motivos, no se porqué, aunque supongo que porque los españoles somos tontos de capirote (he de confesar que me ha alegrado saber que lo había rechazado por motivos financieros del país y por motivos éticos) se han cernido sobre este señor las siguientes críticas ante algunos comentarios de aprobación.

Si no sabes los motivos no puedes saber si la acción es buena.

Mejor dónalo

Este tío es tonto

Algunas de las cuales se han perpetuado después de especificar el propio escritor que lo hacía porque no quiere dinero del erario público y dar a entender que no todos los premios son merecidos y no todos los los que se lo merecen son premiados.

Supongo que la cuestión de los motivos queda aquí despejada, puesto que muchos apreciaban que podría haberlo hecho para darse publicidad y así promocionar sus, cito textualmente, mediocre novelas.

A mi personalmente me da mucha vergüenza leer cosas así, pues demuestran toda la envidia y resentimiento que tenemos como personas. Tener que cuestionar y controlar la vida de la gente me parece totalmente absurdo, pero bueno, ya ni esto se respeta, me quedo con una frase de Los Simpsons "Mis motivos, señor, son solamente míos".

Luego quedan las declaraciones que descartan la picaresca de Javier y espetan directamente que "es tonto" otra forma de cuestionar sus motivaciones y valoraciones, las cuales solo son intrapersonales y nunca comparables de forma interpersonal. Pero esto a nosotros nos da igual, lo calificamos de tonto y nosotros que somos muy listos seguimos a lo nuestro, porque nuestra forma de extrapolar nuestro comportamiento al resto nos ha enseñado que NUNCA podríamos apreciar nada mas que el dinero, se cree el ladrón que todos son de su condición.

Y para remate las reiterativas (en muchas ocasiones varias por cada comentarista) declaraciones de que debería donarlo, otra forma de valorar de forma arbitraria las preferencias ajenas, a lo mejor este escritor no quiere donarlo, a lo mejor no quiere que se use para curar el cáncer, ni para darle de comer a los sintecho, ni para pagar asilos, a lo mejor lo que a el le gustaría sería que no se lo hubieran robado a los ciudadanos españoles de sus bolsillos directamente, pero claro, esto el no puede invertirlo.

En fin, que mucha suerte a todos los que se creen en derecho a que la gente comparta sus apreciaciones y siga sus indicaciones, pero que no tenéis ni idea de como funciona la mentalidad humana y solo vais a encontrar muros y obstáculos a vuestra prosperidad, algo que Marías nunca ha encontrado, por ser un empático cosmopolita.

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